Hola Claudia y Aaron:
Son mis reflexiones del día 29/I/2008
Primero pienso que el nombre del curso “Galatea” no debería llamarse sino Pigmaelón
ya que es el que pule, talla, revisa, corrige, etc ., creo que también ha de ser por otra
razón espero saberla algún día.
Al principio creo si sirve el premio como una forma de reforzamiento, y ya que nuestros
estudiantes les falta confianza en si mismos es una buena forma de empezar después se les debe
inducir a que sientan lo que yo llamo “el placer de aprender” y “ el placer del descubrimiento” una especie
de seducción hacia nuestras materias impartidas y que empiecen a tener una motivación
intrínseca y a regular su propio aprendizaje, también el grupo como se decía en el curso-taller se
autoregula ya que unos profesores piensan que los alumnos se aprovechan de que sea uno flexible.
En lo particular yo les hago a veces una evaluación sin que lo sepan y se sienten
tranquilos, participativos y se ayudan entre si también a veces dan muy buenas propuestas.
Me gustó lo que dijo la maestra Miriam Sánchez que sería un buen ejercicio de
¿cómo nos ven los estudiantes? Porque cuando yo les pregunto ya los evalué y de hecho no
ponen nombre dicen que les gustó mi curso, y aportan también ideas para mejorarlo pero de todos modos
pueden estar influidos por nuestra presencia.
También ellos mismos se autoevalúan y a veces se dn cuenta que tuvieron un avance y me dicen:
maestra me hizo trampa aprendí y les digo que es por eso que nos encontramos en la prepa.
Los premios y los castigos son como decía la lectura dos caras de una misma moneda pero no
Cabe duda que las malas experiencias se quedan más y con respecto a los premios es como estímulo-
Respuesta y sólo dura poco ya que sólo es por poco tiempo y se da por el sólo placer.
Como se dijo en el curso debemos cambiar y ser congruentes con nosotros mismos.
Un fuerte abrazo Dora.
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